Por Elliott Quijada
Ensayo escrito desde la Cárcel de Valparaíso, bajo su Presidio Político.
Ser libres y esclavos pueden ser términos antagónicos. Pueden ser extraños, que no se tocan, antónimos.
Uno puede caminar libremente por la calle, decidir qué vestir, con quien hablar, cuando salir de la casa y qué ver por la TV, puede decidir, opinar y entenderse como una persona libre. Y sin embargo esta libertad puede ser tan ilusoria como el sueño de correr de un inválido.
Son muchos, demasiados, masas de personas que se entienden como libres, porque no se detienen a pensar en la manipulación del sistema. Viven una feliz inocencia al ignorar ciertos aspectos de nuestra actual sociedad. Dice que todos los políticos son iguales, los ricos ganan más porque son ricos, y la sociedad es como es y nadie puede cambiarla.
Esta gran masa de población tiene esa falta de conciencia, ya sea por falta de cultura, o porque le es mas cómodo pensar así.
Nos preguntamos por qué tantos individuos cultos, inteligentes y preparados no tienen conciencia de su situación y realidad social, del manejo del sistema y es porque el sistema los formó así. Sus opiniones sobre distintos aspectos es implantada desde la educación formal, porque este les a hecho pensar así.
Nos preguntamos por qué tantos individuos cultos, inteligentes y preparados no tienen conciencia de su situación y realidad social, del manejo del sistema y es porque el sistema los formó así, sus opiniones sobre distintos aspectos son implantadas desde la educación formal, difícilmente pueden escapar de esta manipulación. Pueden ser tan esclavos del sistema como el más ignorante.
Su opinión política, económica y social se ve limitada a aquellas sistémicamente aprobadas. Por eso es tan difícil explicarles que existe algo más allá de derechas e izquierdas, otra forma de expresión política aceptada por el sistema. Son esclavos de las limitantes creadas por su educación, como un programa que no admite innovación.
Hay aquellos que comprenden la existencia de un poder tras del poder. Quizás de una forma nebulosa o quizás mas clara, son absolutamente concientes del panorama socio-político-económico en que estamos envueltos. Sin embargo, no les interesa, porque simplemente le es cómodo, y tratar de cambiarlo les traería problemas, o se sienten parte del sistema; peones, claro está, pero partes del sistema. Esto les agrada y dentro de él se pueden desarrollar.
No voy a abordar mucho en estos sujetos, pueden ser desde militares a políticos, en todas las áreas de nuestra sociedad están.
Hay un sector de los esclavos que tienen una conciencia relativa del problema y el control que nos exponemos, pero esta conciencia es básica y nebulosa. Lo más claro que tienen es que es un poder muy grande, y ellos muy pequeños. Así que prefieren sumarse al sistema, y no meterse en líos.
Están un grupo muy reducido de personas concientes, pero no todos son libres.
Están aquellos que siguen ilusiones, que conocen a la perfección el sistema, reconocen el poder detrás del poder, de que los partidos son simples extensiones de los poderes fácticos y de control. Que erróneamente asumen ideologías aparentemente antisistema, pero que por su simbología y acciones son utilizadas por el sistema para reforzarse, creando temor en la masa inconsciente, y finalmente, desacreditando el discurso antisistema.
Aquellos son esclavos involuntarios del sistema, aunque sus conciencias son mas libre que las anteriores. Pueden llegar a ser luchadores contra el sistema.
Los mas tristes esclavos del sistema son aquellos que tienen conciencia, conocen la existencia del poder tras el poder, conocen cuál es la gran problemática económica social y política; por lo general tienen un amplia cultura y en ocasiones, incluso una posición económica estable y ventajosa. Pero, lamentablemente, son esclavos de sus miedos, de perder su posición social y monetaria. No tienen la voluntad ni el valor de enfrentarle al sistema. Estos esclavos de sus propios miedos, toman una posición neutral respecto al sistema, contentándose con un comentario en una web o un blog antisistema, con realizar comentarios de pasillo con personas que saben o comparten sus ideas.
Por omisión son parte del sistema, por cobardía son inútiles a la causa antisistema, ni siquiera realizan labores seguras como financiar actividades o realizar distribución. Se limitan a conservar su pseudo libertad marginal.
Quienes deseen ser libres realmente, sólo tienen la opción de correr riesgos, claro está que el sistema actúa por medio del matonaje judicial como es mi caso. Esto intimida bastante, pero el caso contrario es dejarse esclavizar por el miedo.
Por tanto debemos ser libres, primero de nuestros propios temores, libres para sortear las amenazas del sistema, las bravuconadas. Negarnos a comportarnos como niños debiluchos ante un matón colegial, y decidirnos a ser y actuar como adultos decididos.
Hay un sólo tipo en una celda, la de hormigón que priva de mi libertad física por mi opinión, opiniones tan certeras que provocaron el miedo y la ira del sionismo. Pero si somos mas los que actuamos contra el sionismo, contra el sistema, contra el poder tras el poder... no podrán encarcelarnos a todos y si así lo hicieran, habría mas gente que se preguntaría porque nos encierran y la situación le sería insostenible al sistema.
Actuar, resistir y tener valor; ser voceros de la nueva era que se avecina, eso es lo único ético que podemos hacer
UN GRAN SALUDO ¡VIVA CHILE!
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