jueves, 6 de enero de 2011

Pueblo de Chile: Heredero de la Luna

Por Xentor Xentinel




Dennis Hope es un empresario estadounidense que está involucrado en la controvertida venta de terrenos extraterrestres. En 1980, comenzó su propio negocio, alegando haber encontrado una laguna en el Derecho Internacional que le permite reclamar la plena soberanía de la Luna.

Según dice el mismo Hope, el Tratado de las Naciones Unidas sobre el Espacio Exterior, firmado en 1967, justo dos años antes de que el hombre llegara a la Luna, establece que los Gobiernos de la Tierra no pueden reclamar propiedad alguna sobre la totalidad o partes de la Luna, argumentando que no se contempla que una empresa o una persona sí pueda ejercer dicha reclamación.

Así, Dennis se convirtió en el primero en vender «parcelas lunares» después de enviar las declaraciones a los Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, varios gobiernos más y Naciones Unidas. Hasta el momento, ha obtenido unas ganancias aproximadas de 9 millones de dólares con sus ventas. El precio actual de la Luna es de 37 dólares por cada 0.4 hectáreas.

Sin embargo... el negocio de Dennis es ILEGAL, porque, legalmente, LA LUNA PERTENECE AL PUEBLO DE CHILE.


EL LEGÍTIMO DUEÑO DE LA LUNA

Jenaro Gajardo Vera fue un abogado, pintor y poeta chileno, conocido por convertirse a partir de 1953, y hasta su muerte en 1998, en el legítimo dueño de la Luna.

Jenaro nació en Traiguén el 18 de Noviembre de 1919, y fue el sexto de nueve hermanos. Estudió para convertirse en abogado, aunque también ejerció como pintor y poeta. En 1951 se traslada a Talca para ejercer su profesión de abogado.

En esa ciudad, crea la llamada Sociedad Telescópica Interplanetaria, uno de los objetivos era —ni más ni menos— que «formar un comité de recepción a los primeros visitantes extraterrestres...». Uno de los integrantes de esta Sociedad fue el reconocido Obispo Manuel Larraín Errázuriz, cuya participación consiguió mitigar las burlas y críticas hacia esta peculiar institución.


LA INSCRIPCIÓN DE LA LUNA

Pero fue su «apropiación de la luna», lo que inmortalizó a Jenaro y esto se gestó de curiosa manera: Existe en la capital maulina, desde 1868, el Club Talca. Allí reconocían lugar los miembros de la ya alicaída aristocracia talquina. Los Silva, Donoso, Cruz y Concha eran los apellidos que se repetían entre los socios. En sus amplios salones de la Calle 1 Oriente, se debatían y armaban candidaturas que impidieran el ingreso de ideas revolucionarias que pusieran en riesgo sus rancios privilegios.

Jenaro intentó ser socio del exclusivo Club. Una noche de Septiembre de 1954 fue invitado a una comida. Se le dijo que su condición de profesional le daba opción para ser aceptado como miembro, pero, uno de los integrantes se opuso a su afiliación, por cuanto debía acreditar un bien raíz.

«Cuando salí de la sesión —recordó después Gajardo—, me fui caminando hasta la Plaza. Me molestó que se diese tanta importancia a las cosas materiales».

Fue entonces que advirtió a la Luna Llena que brillaba en el cielo. No tardó en discurrir su iniciativa: inscribiría al satélite natural de la tierra como su propiedad.

Al día siguiente, 25 de Septiembre de 1954, sin vacilación, se presentó ante el Notario de Talca, César Jiménez Fuenzalida y le solicitó dejar constancia de que se declaraba dueño de la Luna, para lo cual acreditaba que lo era desde antes de 1857 (fórmula usada en la época para sanear terrenos sin título de dominio) del satélite natural de la tierra, describiendo sus medidas y límites.

El Notario leyó con sorpresa la petición. Finalmente respondió a Gajardo:

—Mira, la inscripción cumple con los requisitos: es un bien cierto, pertenece a la Tierra, tiene deslindes y dimensiones, pero te van a tildar de loco.

—No importa —dijo Gajardo.

Tras la inscripción de la escritura, efectuó las tres publicaciones en el Diario Oficial —requisito que fija la Ley chilena para dar la oportunidad de que alguien que ya tuviera algún derecho sobre la Luna pudiera ejercerlo—, todo lo cual le costó 42.000 pesos de la época.

La breve y mítica escritura dice textualmente:

Jenaro Gajardo Vera, abogado, es dueño, desde antes del año 1857, uniendo su posesión a la de sus antecesores, del astro, satélite único de la Tierra, de un diámetro de 3.475 kilómetros, denominada Luna, y cuyos deslindes por ser esferoidal son: Norte, Sur, Oriente y Poniente, espacio sideral. Fija su domicilio en calle 1 oriente 1270 y su estado civil es soltero.

Jenaro Gajardo Vera
Carné 1.487.45-K Ñuñoa
Talca, 25 de septiembre de 1954.
Con el título en sus manos, volvió al Club Talca. Hubo sonrisas, caras de sorpresas y asombro. Pero fue aceptado como socio. Uno de los integrantes dijo a Gajardo:

—En realidad, nos has dado una lección.


SÁBADO GIGANTE

El hecho, desde luego, no pasó inadvertido. Diarios de América y Europa dieron cabida al curioso incidente. Pocos años más tarde, un tabloide norteamericano publicó una nota: «Abogado chileno inscribió la luna a su nombre». El famoso animador «Don Francisco» vio la información y lo invitó a su programa «Sábado Gigante», en Estados Unidos.

Con su carácter burlón, el animador le dijo que, mucha gente, lo consideraba «rayado» por aquella propiedad lunar. Gajardo le respondió:

—Le voy a contar por qué inscribí la Luna: no me agrada la gente que habita el Planeta tierra. No me gusta que no hayamos podido eliminar el odio, la envidia, la maledicencia, el rencor...


EL APOLO 11

Una situación de contienda judicial internacional se suscitó cuando Estados Unidos preparaba su viaje a la Luna, en 1969, con tres astronautas a bordo. Jenaro, en conformidad a las disposiciones legales internacionales, había gestionado, a través del abogado Enrique Monti Forno, la revalidación de su dominio en Washington. Las normas universales de la ONU sólo reconocían propiedad privada hasta una altura de 80 Kms, pero como esa reglamentación era de 1967, la escritura de Jenaro, que era de 1954, prevaleció sobre ella.

Así que, antes del alunizaje, el presidente Richard Nixon envió un comunicado que se hizo llegar al abogado chileno a través de la embajada norteamericana en Santiago. El comunicado rezaba:

Solicito en nombre del pueblo de los Estados Unidos, autorización para el descenso de los astronautas Aldrin, Collins y Armstrong en el satélite lunar que le pertenece.

Richard Nixon, 1969.
A lo que Jenaro respondió:

En nombre de Jefferson, de Washington y del gran poeta Walt Whitman, autorizo el descenso de Aldrin, Collins y Armstrong en el satélite lunar que me pertenece, y lo que más me interesa no es sólo un feliz descenso de los astronautas, de esos valientes, sino también un feliz regreso a su patria. Gracias, señor Presidente.

Jenaro Gajardo Vera, 1969.

OTRAS ANÉCDOTAS

Pero si don Jenaro fue ingenioso al hacerse tan audazmente propietario de la romántica luna, más aguzado pretendió ser Impuestos Internos, quien envió un par de inspectores a visitarlo, nada menos que para el cobro de las contribuciones. Ni corto ni perezoso, don Jenaro les dijo:

—Ningún problema en reconocer la deuda, pero exijo que, en conformidad a la ley, Impuestos Internos visite mi propiedad y la tase. Después hablamos.

Por supuesto, el Servicio no insistió.

Pero la situación sentó jurisprudencia en materia de propiedad espacial. Una vez, el entonces Ministro de la Corte Suprema Rubén Galecio Gómez le dijo:

—Bueno, si tú inscribiste la Luna, yo puedo hacer lo mismo con el Planeta Marte.

—No puedes —respondió ágilmente Jenaro—, por cuanto el Derecho Civil impide reclamar propiedad sobre un bien que no pertenece a la Tierra, como es el caso de Marte.


EL PUEBLO DE CHILE HEREDÓ LA LUNA

Jenaro dejó este mundo el 3 de Mayo de 1998, dejando su Luna en testamento al pueblo chileno, expresándose de la siguiente manera en una notaría de Santiago de Chile:

Dejo a mi pueblo la Luna, llena de amor por sus penas. Jenaro Gajardo Vera, 1998.
Por lo tanto, damas y caballeros, la Luna pertenece, no a Dennis Hope, ni a los Illuminati, ni a la ONU, ni al Gobierno de Estados Unidos, ni al Gobierno de Chile, ni a la Oligarquía Chilena, sino AL PUEBLO DE CHILE.

Pues, bien: el Señor Dennis ha ganado 9 millones de dólares, vendiendo NUESTRO TERRITORIO. El pueblo de Chile debería unirse, hacer una cucha solidaria para costear la demanda, y repartir luego entre todos la indemnización.


FUENTES CONSULTADAS:
  • Jenaro Gajardo Vera: El Dueño de la Luna (Jaime González Colville).
  • Dennis Hoope (Artículo de Wikipedia).
  • Jenaro Gajardo Vera (Artículo de Wikipedia).
  • 5 comentarios:

    1. jaja....el tipo vivaracho, la raja que tengan que pagar al "pueblo chileno" por cualquier visita que se quiera realizar a la luna, pero quien representaría al pueblo chileno? Se tendría que organizar una junta u sociedad totalmente independiente del gobierno.
      Pero cuando lleguen seres de otras culturas nos van a sacar cagando xD

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    2. Lo justo sería que solamente un abogado (y, a lo sumo, una agrupación de ciudadanos) representase al Pueblo de Chile en una demanda contra Dennis Hope y, en caso de ganar la demanda (tenemos todas las de ganar, pienso yo), la indemnización debiera repartirse equitativamente entre todos los chilenos.

      Esto, que en teoría suena muy bien, en la práctica pienso que sería un poco decepcionante. Él ha ganado 9 millones de dólares vendiendo terrenos en la Luna, y supongo que la demanda por ello podría ser estratosférica, pero ¿Con qué dinero podría él pagarnos?

      En la práctica, creo que lo único que podría hacerse, es repartir los 9 millones de dólares de Dennis (mucho dinero para una sola persona), entre los 17 millones de chilenos, con lo cual cada uno obtendría... Sólo medio dólar, osea unos 250 pesos. No sé si reír o llorar. Bueno, me río, XD..

      Otra solución sería un Plebiscito para decidir democráticamente en qué proyecto beneficioso para el país (para la gente del país, no para los caradura que dicen representarlo) podría destinarse el dinero.

      Pero la sola idea de hacer tanta cuática para una demanda de la que obtendré sólo 250 pesos, me quitó las ganas de seguir pensando. Que Dennis se quede con su puto dinero, y que lo aproveche, XD..

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    3. Por otro lado, si se reconociera en el Derecho Internacional que el Pueblo de Chile es dueño de la Luna, nos encontraríamos con que los 38 millones de Kms cuadrados de la Luna, dividido entre los 17 millones de chilenos, nos dejaría con sólo 2.2 Kms cuadrados por cabeza.

      Dennis vende a 37 dólares (como 18.5 lucas) los 4 Kms cuadrados, lo que significa que cada chileno, en caso de querer vender su "pedacito de luna", no alcanzaría a obtener 10 lucas en la transacción. Deprimente, ¿Verdad?

      Definitivamente, no es negocio compartir la propiedad de la Luna con 17 millones de personas... En lo personal, sólo usaré mi "pedacito de Luna", para engrupir a una mina, diciéndole que se la regalo, XD..

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    4. jajajaja.......lo mas sensato y provechoso pienso yo seria invertir ese dinero en un programa de investigación espacial. En Chile hay muchos wns inteligentes, pero faltan los recursos con los cuales estas personas surjan y hacer de Chile un país en vías de desarrollo a nivel espacial. Aunque esto solo sirva para incentivar a la gente y a las empresas para que inviertan en este tema, ya que, como sabemos, enviar un cohete al espacio es mas caro que la xuxa xD

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    5. No, pero como están las cosas, capaz que el fucking Hinzpeter quiera aplicarle también la Ley Antiterrorista a los que lancen el cohete, XD..

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